martes, 15 de abril de 2014

Maldita Timidez

Razón #13: Maldita timidez

Tal como dice Lynda en su canción homónima: "y mientras por dentro me quemo tan lento". Quien haya vivido la timidez en carne propia se puede conectar con esta canción pop de fin de siglo. Tener atorado en la garganta un discurso elocuente y no ser capaz de decir nada, ó lo que es peor, sólo escupir estupideces.

Es importante señalar que la timidez no sólo se manifiesta cuando uno está callado, también se manifiesta cuando realizas una acción y no puedes olvidar lo estúpido que te viste al realizarla, ó al decir algo inapropiado e incómodo. Ayuda estar convencido que debemos cambiar las espectativas que tenemos uno de otro, ser espontáneos para ser más felices, liberar nuestros pensamientos y acciones de las ataduras que impone la cortesía. Ayuda pero no alivia, especialmente cuando hay alguien a quien encontramos interesante, frente a quien sí importan las ataduras, aunque no deberían importar porque si en verdad despertamos interés en esa persona nos debería aceptar tal como somos, de lo contrario caeremos en la hipocresía, en la mentira, en la simulación. Aún así duele, arde la timidez.

Existen pocas condiciones humanas tan dolorosas, porque esta atrofia nuestra vida diaria, nos impide disfrutar experiencias ó al menos saber que esa experiencia no la disfrutamos. En cambio se queda uno con la incógnita

Es una exageración decir que podría quemarme por dentro, abandonar mi cuerpo y dejar un cascarón vacío humeando en medio de la ciudad. Es una exageración decir que quisiera abrir su pecho y penetrar en su misterio. Es una exageración querer desnudar su alma y desnudar la mía para contemplarnos con todas nuestras fortalezas y debilidades. Y como es una exageración no lo hago, tal vez nunca lo haré. Maldita timidez.

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